Después de la boda, muchas de vosotras, me haceis esta pregunta, a la cual, sea cual sea el vestido, os respondo siempre lo mismo.
Las ideas que os voy a dar, podéis aplicarlas tanto para vestidos que hayais comprado en La Caprichosa, como en cualquier otra casa que os lo haya hecho o en cualquier otra tienda en la que lo hayais comprado.
Hay veces en las que podemos pensar que nos están cobrando mucho por "lavarnos" el vestido, algo que creemos que podemos hacer en casa; y evidentemente es cierto que hay tejidos que se pueden lavar a mano en casa sin que les ocurra nada, pero no todos. ¿Qué quiero decir con esto? A los diseñadores nos enseñan a hacerles "virguerias" a los tejidos (a ver qué pasa), y os sorprenderías la cantidad de tejidos que, única y exclusivamente con el agua se echan a perder.
"¿Qué le podría pasar a mi vestido si lo lavo a mano?"
· Si tu vestido solo está confeccionado con un tejido, y a ese tejido no le pasa nada al lavarse, podrías lavarlo en casa y probablemente no ocurra nada, pero, si tiene cualquier combinación con otro material, podría alguno de los dos mermar y hacerse bolsas en el vestido (por si no lo habeis visto nunca, se echa a perder).
Fotografía de Alvaro Sancha
· Si tu vestido es de algún tipo de seda como puede ser organza, gasa, georgette... lo más probable que puede pasar si lo laváis, casi al 100% de probabilidades, es que pierda el apresto o el suaviazado, o al menos parte de ellos, entre otras muchas cualidades y eso es lo último que queremos en una seda.
¿Qué es el apresto o el suavizado? Son tipos de acabados textiles, es decir, son procesos que se aplican a los tejidos para modificar o mejorar alguna de sus características, por ejemplo, el tacto, la apariencia o su comportamiento. A veces estos procesos son mecánicos pero otras muchas son químicos, y se pueden perder al lavar algunos tejidos.
Como experiencia personal y tras muchas pruebas os diré que, la organza y la gasa de seda pierden bastante brillo al lavarlas, y no lo recuperarán nunca, mejoran al plancharlas, pero nunca estarán como en su estado inicial. El georgette pasa a tener un aspecto lánguido y pesado, cuando es un tejido muy vaporoso, así como mucho más aspero de lo habitual. Bien es cierto que incluso esta técnica de lavar los tejidos podría usarse para experimentar con ellos y cambiarlos, porque cambiar, cambian.
Fotografía de Alvaro Sancha
Hay otro tipo de tejidos y puntillas que son plisados, es decir, que tienen una serie de pliegues, regulares o irregulares, más grandes o más pequeños, etc. Los plisados, generalmente se consiguen aplicando calor al tejido (en un autoclave, por ejemplo) mientras el tejido está "plegado" dentro de alguna estructura con la forma que se quiere. Los tejidos sintéticos aguantan mejor esa forma una vez que se ha fijado, incluso algunos plisados aguantan perfectamente los lavados, pero sin embargo, cualquier tejido natural, a no ser que tenga algún producto que lo fije, lo más normal es que con el agua y con los cambios de temperatura, se vaya (también si lo planchas, por supuesto). Y vaya gracia si tienes un vestido de novia plisado o con algunas partes plisadas, y lo lavas, y se pierde tu precioso plisado...
¿Qué pasa si mi vestido es de tul?
Os sorprendería saber la cantidad de tules que simplemente con plancharlos con vapor pueden mermar hasta una décima parte de su tamaño, y os aseguro, que eso, en un vestido de novia, es muchísimo. Además, los detergentes, tienen productos blanqueadores, y, no me preguntéis el por qué de lo siguiente, pero a veces actúan más en unos tejidos o en unas puntillas, que en otros. ¿Cuál es el resultado de esto? Que tú tenías un vestido de novia precioso lleno de combinaciones de puntillas maravillosas, incluso puede que alguna antigua, con una apariencia igual o prácticamente indistinguible, en el que todas tenían el mismo "tono de blanco", y sin embargo, después de lavarlo a mano en casa, cada una "parece de su padre" y ahí te preguntas:
¿Cómo vuelvo hacia atrás en el tiempo? La respuesta, no cometas el error de antemano. No hay más.
Fotografía de Alvaro Sancha
Otro tema a parte es la plancha. Seguro que más de una vez habréis quemado o manchado alguna cosa en casa, ¿verdad? Pues no me quiero ni imaginar la cara que se te queda si te pasa planchando tu vestido de novia en casa en vez de haberlo llevado a la tintorería.
Mi conclusión es una pregunta:
¿Qué sale más caro?
¿Pagar por un servicio profesional a personas que trabajan todos los días con este tipo de prendas y saben lo que están haciendo, ó, estropear tu vestido de novia, que tiene un valor económico muy grande y además tiene un valor sentimental para ti incalculable? Para mí, desde luego, sale más caro lo segundo. De hecho, no hay vuelta atrás. Una vez que lo hayas lavado en casa, si no te ha salido bien la jugada, lo más probable es que entonces SÍ que lo lleves a un sitio de limpieza profesional, y ellos harán lo que puedan para restaurarlo a su estado inicial, pero el daño ya está hecho, y no creo que haya tintorería por muy buena que sea, capaz de restaurar unos acabados y unos aprestos que se le dieron al tejido en el momento de fabricarlo.
Fotografía de Alvaro Sancha
Un consejo
Sabemos que el vestido va a haber que lavarlo después de la boda, ¿por qué no presupuestamos ya la limpieza del vestido de antemano como si fuera parte de otro gasto de la boda? Así ya contamos con ello y sabemos que es un imprescindible sin el que no podemos pasar. Ni que decir tiene además, qué pasaría, si lavamos el vestido después de la boda, para tenerlo listo antes de la post-boda, y lo estropeamos. No sólo habremos estropeado el vestido si no además habremos perdido también el dinero de la contratación de la sesión de fotos.
Mi consejo es que lleveis vuestro traje a la tintorería y que le hagan un lavado profesional. Tu vestido y todo el esfuerzo que has invertido en él, se lo merecen.
Como dice el refrán "zapatero a tus zapatos".
"¿Y tú qué opinas?
Fotografías de Alvaro Sancha
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